Superación personal, autoayuda,
liderazgo; eufemismos, nombres de los mecanismos ideológicos del aparato
neoliberal finamente plantados sobre los más débiles corderos del rebaño, sus
víctimas son, por supuesto, personas faltas de capacidad crítica y con propensión
a sentir alivio con la más mínima promesa de esperanza, tanto así que un
pequeño empujón más y estarían engrosando las filas de esas sectas que cometen
suicidios colectivos.
Si todo lo que podamos querer está al alcance de nuestro
deseo lo único de debemos hacer es esforzarnos, sumar 2 horas extras a nuestra
jornada de 12 horas consecutivas, no responsabilizar al sistema político o
económico de nuestra única y triste lata de atún en la alacena o de nuestro
bajo salario, desconocer la compleja realidad en la que vivimos, Bosnia,
Kosovo, Irak, Afganistán, etc. da igual en qué lugar del mapa se encuentren
cuando se vuelven parte del espectáculo nocturno que nos ofrece el noticiero
después de un arduo día de trabajo, son luces y la excusa perfecta para una
película de acción, el enemigo de James Bond es el enemigo del mundo libre, el
enemigo de la libertad que evidentemente estoy gozando.
No hay maquinaciones
perversas, ni intereses ocultos, solo existe el hambre en la pantalla, no en
los cruceros, ni en los prostíbulos de la trata, ni en las esquinas hay niños
drogados para parecer dormidos. Esa gente no ha deseado lo suficiente, si no
son millonarios en suntuosas mansiones en artificiales islas privadas es porque
no han trabajado lo suficiente. La culpa es nuestra, no hemos deseado con
suficiente fuerza, ni pensado positivo, el universo no conspirara a nuestro
favor hasta que el monedero de nuestro jefe estalle en una lluvia dorada del
dinero que producimos engañando a alguien más ingenuo aún para comprar un
servicio o producto que no necesita, error mío, no jefe, jefe implica
autoritarismo y nosotros somos tan libres como Elsa en Frozen, ahora tenemos
líderes y aspiramos a ser uno, a motivar a otros a esforzarse el triple, así
como aspiramos a una casa con jardín, dos pisos y su respectiva hipoteca, un
perro que caga en toda lugar y muerde nuestros zapatos buenos, un auto bonito
que queme gasolina cada vez más cara a la atmósfera, total que será un buen
espectáculo ver la aurora boreal en el trópico, una relación monogámica que se
vuelve intolerable con los años pues nunca consideramos ver a ese otro sujeto
como un interlocutor y nos limitamos a mirarle el culo, ahora flácido, razón de
la masturbación culposa cual retorno a la pubertad en el baño de la casa, con
dos hijos que solo vemos dormidos y enviamos a escuelas donde les enseñan lo
mismo que nos ha hecho tan brillantes, pagar las cuentas, vivir para trabajar
para cumplir los sueños que nos han dado.
Pero claro, debo respetar que la
gente consuma mierda ideológica, no me debería afectar, pero lo hace, y no solo
por mi neurosis, afecta en esa red de complejidad, sedentarismo e inmovilidad
política. Consumidor ideal, esclavo feliz, el deseo es el deseo del Otro.
Nuestra única duda es ¿Quién carajos se ha robado mi puto queso?
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